Finalmente la semana comenzó, tal como era previsible, con una victoria del oficialismo en la provincia de Corrientes. Este tan solo fue el primer golpe que recibió el gobierno, como preludio de una semana marcada de escándalos y derrotas.

Intentando recomponerse de la turbulencia ocasionada por la filtración de los audios del exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, aparecieron nuevos audios donde puede oírse a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, algo que generó zozobra en el gobierno y que colmó la paciencia del Presidente de la Nación quien se dispuso a tomar cartas en el asunto. 

Es por ello que el gobierno centró sus esfuerzos en esbozar una, cuanto menos dudosa, teoría sobre una red de espionaje internacional como la responsable de la obtención de los audios. 

Es que, claro, el hecho de que los principales responsables del Ejecutivo hayan sido grabados en sus propios despachos sin su conocimiento y por ende sin su consentimiento, es sin duda un escándalo. 

Es por ello que, además de alinear a todos los funcionarios detrás del relato oficial de la “red de espionaje internacional”, el Gobierno Nacional presentó una denuncia penal a través del Ministerio de Seguridad en la justicia y para reforzar esto no tuvo mejor idea que enviar a la titular de esa cartera a dar una entrevista en un canal y programa “amigable”, sin saber que lejos de despejar dudas, las iban a acrecentar. 

“…El gobierno cree que está ante una violación a la ley de inteligencia…” empezó diciendo la Dra. Bullrich, afirmando que había una concatenación de hechos, comenzando por la grabación ilegal de las conversaciones, refiriéndose concretamente a los audios donde puede oírse a Karina Milei y que tendría una duración total de cincuenta minutos. La ministra también, sin precisar quien, refirió que habían recibido amenazas de que iban a publicar parcialmente los audios hasta completar el total de la grabación.

“…Imagínese usted, si en una reunión de la Corte Suprema de Justicia donde están decidiendo un fallo fundamental para el país, sale una grabación de la conversación de los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Imagínese usted si en los despachos de los presidentes de las Cámaras de Diputados o Presidentes de Comisiones importantes donde se están decidiendo cosas importantes, sale una grabación de que es lo que va a hacer la Cámara de Diputados o la Cámara de Senadores en tal o cual cosa…”, expresó la Dra. Bullrich. 

Siendo honestos, el panorama que relata la ministra es serio, preocupante, muy. Pero, aunque nadie le haya hecho la pregunta, nos surge la duda de ¿quién debería evitar que eso pase?, suponemos que quien tiene la función de proteger y custodiar a los funcionarios, ¿no? entre ellos quienes se suponen “barren” las oficinas para detectar dispositivos. Y hasta donde sabemos, eso es responsabilidad de las Instituciones que están a su cargo, con lo cual, si hay un responsable en el asunto, lamentamos informarle a la Dra. Bullrich que es ella. 

Por otro lado, pareciera que algunos funcionarios nacieron ayer, porque sorprende el grado de ingenuidad que tienen sobre operaciones, espías y otras yerbas propias del mundillo político. Me gustaría retomar la pregunta del Diputado De Loredo, que tituló nuestra columna de la semana pasada, ¿Qué esperaban? ¿Que no lo espíen, o que no intenten espiarlos? ¿Qué si los espían, sean buenos y no guarden el material obtenido para publicarlo en época electoral? por favor señores, sean serios. 

Pero espere, espere estimado lector, que la cosa no termina ahí. El periodista que escuchaba atentamente preguntó a la funcionaria ¿ustedes están seguros que fue un espionaje ilegal o pudo haber sido alguien propio, algún funcionario que luego haya sido desplazado, alguna interna del gobierno? a lo que la ministra respondió “no importa quien sea, lo importante es que eso haya llegado al lugar donde llegó, sin ningún aviso, escúchenme tenemos audios de una reunión acá ¿ustedes que opinan de esto?”. Si, me imagino que usted también está sorprendido. En la rosada esperaban que los espías tuvieran un mínimo de buenos modales y avisaran que les estaban por hacer una operación.

Insisto, estimado lector. Espere. Aún faltan cosas. Según refirió la Ministra, los controles en la rosada se basan en la confianza, es decir, según sus propias palabras, a uno lo obligan a dejar el teléfono celular, pero si uno tiene otro teléfono, un micrófono espía, un grabador, o cualquier otro dispositivo, nadie lo controla. Pareciera mentira que a los creadores del “FBI argentino” se les pase por alto algo tan básico, como eso. 

De repente, la conversación tuvo un giro inesperado y todas las teorías conspirativas ruso-venezolanas aparecieron, pero antes de enterrarse ocurrió un paso de comedia donde la Ministra negó que hubieran solicitado allanamientos sobre el domicilio de periodistas y acto seguido, otro panelista leyó el pedido realizado por el gobierno a la justicia donde efectivamente solicitaban esas medidas. Inmediatamente la Ministra dijo que en realidad estaban pidiendo la construcción de la prueba, a partir de ahí todo fue agua, dudas y nerviosismo. 

Como corolario, en otra entrevista en un medio radial, nuevamente intentaron vincular la maniobra de espionaje a operaciones de intereses rusos y chavistas, sin ningún tipo de prueba concreta más que su sospecha, algo que ellos mismos reconocieron al afirmar que no tienen idea quienes serían los autores, lo que sin duda le quita seriedad a la sospecha convirtiéndola totalmente en infundada. Esto, como era de esperarse motivó, el también poco creíble, rechazo de la acusación por parte de la Embajada Rusa en Buenos Aires. 

En ese contexto, el día martes el dólar subió a $1385 marcando un nuevo récord con las elecciones provinciales de fondo, lo que finalmente motivó la intervención del gobierno para contenerlo y reducir la incertidumbre de los mercados, algo que los analistas consideraron como una “mala señal”. Atrás quedó la canchereada del ministro Caputo con el famoso “comprá, no te la pierdas, campeón”. 

Sumado a ello, nuestro Presidente, tan propenso a los viajes privados internacionales, tenía todo preparado para presenciar desde la primera fila el espectáculo de Fátima Flores “Superstar” en Las Vegas, por suerte, alguno de los pocos lúcidos funcionarios que lo rodea le habría sugerido que “el horno no estaba para bollos” y finalmente desistió, no del viaje claro, sino de ir al teatro. 

A mitad de semana y cuando todavía los turbulentos vientos no cesaban, el Presidente de la Nación participó del cierre de campaña en la localidad bonaerense de Moreno, rodeado de un gran operativo de seguridad que tampoco pudo evitar los disturbios hacia el final del acto o las pedradas a la comitiva oficial. Pese a todo eso, el Presidente defendió públicamente a su hermana Karina de las acusaciones de corrupción, calificando la misma como una “opereta” del kirchnerismo. Finalmente, hizo un llamado a votar a todos los bonaerenses bajo la consigna de “kirchnerismo, nunca más”.

Pero cuando la cosa parecía no poder empeorar, el Senado dió el batacazo derribando el veto del Presidente de la Nación contra la ampliación de los fondos en discapacidad. Esta enorme derrota política toma especial relevancia ya que hacía más de 22 años que el Congreso de la Nación no rechazaba una medida similar de un Presidente. Con total sentido común, oficialistas y opositores votaron negativamente el veto presidencial.

Seguramente usted pensó que esto era todo, lamento informarle que no. La frutilla del postre, la colocó un falso influyente de propia fila conocido como “el gordo Dan”, quizás el principal exponente de un grupo de marginales tuiteros que se reconocen como libertarios de estirpe. Con una torpeza increíble, el gordo Dan le disparó al gobierno en los pies al expresarse de un modo tan vulgar como estúpido sobre la hija, con discapacidad, del Senador Luis Juez, afin al gobierno nacional y quien hasta ahora, con excepción de la ley de emergencia en discapacidad, siempre o casi siempre apoyo al gobierno. 

Tal fue el impacto, que el mismísimo Jefe de Gabinete de Ministros tuvo que salir a desacreditar al tuitero, al mismo tiempo que la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, llamaba por teléfono al Senador para disculparse y dejarle en claro que esa no era su forma de pensar, ni la del Presidente de la Nación. Lo peor del agravio, es que además de contener información falsa, otros incoherentes como Florencia Arieto, salieron a defender lo indefendible, buscando todo tipo de excusas para justificar lo injustificable. 

Cuando terminó la semana, el daño estaba hecho y una vez más la amenaza del regreso del kirchnerismo, eventualmente, no es por mérito propio, que no tiene ninguno, sino por ineptitud, inexperiencia e ingenuidad del gobierno.

Las primeras horas de esta jornada anuncian que el faltazo y el voto en blanco, van a ser los protagonistas de la elección, seguidos por una ajustadisima victoria de La Libertad Avanza o un empate técnico, todo mérito del gobierno que se cavó en tiempo récord su propia fosa. 

Quizás sea tiempo de dejar de escuchar tuiteros, de dar lugares importantes para la democracia a marginales, y de tomar conciencia que en votos puros el peronismo/kirchnerismo está muy por encima, y que los “indecisos” o los que no tienen puesta ninguna camiseta partidaria y que definen las elecciones, se dejan influenciar por cuestiones muy concretas, muy palpables, muy de la calle. Si no los escuchan y se encierran en un fanatismo, que a decir verdad no tiene tantos adeptos como ellos creen, si siguen escupiendo las manos de quienes los apoyan o apoyaron, si no tienen sentido común y algo de humanidad; así como vinieron así se irán, como ya se fueron otros, y una vez más nos dejarán en manos de los siniestros delincuentes de siempre. 

Menos canchereo, más humildad y los pies en la tierra. La suerte está echada. Esta misma noche nos enteraremos el alcance de los daños y mañana los mercados hablarán por sí solos.

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